Milmotores
martes, 14 de junio de 2016
CON ESTE BOCETO COMENZÓ TODO
En 1947 y por obra de la casualidad, el importador holandés Ben Pon se encontraba
en la fábrica Volkswagen cuando reparó en un improvisado vehículo que
construyeron los obreros para transportar planchas de metal. Días más tarde se
sentó y dibujó un original boceto en su agenda, que luego se transformó en la
célebre Kombi, famosa en todo el mundo y rediseñada varias veces por su vigencia.
viernes, 10 de junio de 2016
RELANZAMIENTO DE MILMOTORES
Como casi todo lo que nos rodea, un blog también se puede relanzar. Hoy comienza la etapa 3 de Milmotores. con el correr de los meses, habrá nuevo diseño de plantilla y más información sobre lo que nos importa: los autos, los motores, la industria, la innovación y la competición. Se aceptan sugerencias. Saludos a todos, alrededor del mundo.
miércoles, 4 de mayo de 2016
miércoles, 27 de abril de 2016
viernes, 16 de enero de 2015
Mercedes-Benz aumentó su venta de autosy batió un nuevo récord
Daimler AG anunció
que Mercedes-Benz entregó el año pasado a sus clientes 1.650.010 automóviles, un 12,9% más que en
2013, y logró así su cuarto récord anual de ventas consecutivo, impulsado en
buena medida por el mercado chino.
Todos los meses de 2014,
Mercedes-Benz automóviles registró récord de ventas; en el último trimestre,
con 454.854 unidades, y en diciembre, con 163.171 vehículos (un 17,2% más que
en 2013), se alcanzaron cifras históricas para la compañía. "Mercedes-Benz está en el
camino del éxito", destacó el Presidente de la Junta Directiva de Daimler
AG, DieterZetsche, quien atribuyó el impulso al buen recibimiento de los
vehículos compactos, al Clase S y a la nueva Clase C, ya lanzada en algunos
mercados y que llegará este año a la Argentina.
Estados Unidos se mantuvo como el
país con más compradores de Mercedes-Benz en todo el mundo en 2014, año en el
que China se situó por vez primera vez en segundo lugar y desplazó a Alemania a
un tercer puesto. En el mercado europeo las ventas
aumentaron en 2014 un 9,4% (722.732 unidades), por encima de la media del
mercado, y diciembre registró cifras especialmente buenas, con 66.777 vehículos
entregados (un 21,5% más).Alemania continuó siendo el principal mercado de
Mercedes-Benz en Europa, donde las ventas aumentaron un 2,3% en 2014; seguido
del Reino Unido, donde el incremento alcanzó el 14,3%. También se registraron números
récord de ventas en Portugal, con un aumento del 45,7%, Suiza (15,8%) y Bélgica
(8%), mientras que en España el incremento superó el 30%.
Tras el mercado europeo se situó
el asiático, con 491.321 unidades vendidas el año pasado (un incremento del
25,7% respecto 2013), donde China se destacó con 281.588 vehículos (un 29,1%
más que el año anteror).En Estados Unidos, Mercedes-Benz, vendió en 2014 un
total de 330.391, un 5,7% más que en 2013. La venta de compactos, Clase A,
B, CLA y GLA, fue la que experimentó el mayor crecimiento (24,7%).
Mercedes-Benz jamás había vendido en su historia tanta cantidad de compactos en
un solo año.
AROMAS
Como el perro que
huele una en kilómetros a la redonda, quien haya ejercido el oficio de mecánico
sentirá los aromas que emanan de los talleres. La pimentosa nafta mezclada con
los olores del aceite en desuso da como resultado un blend atractivo, aunque la
mayoría de la gente no lo comprenda y prefiera el vaho a detergentes baratos que
flotan desde un lavadero de ropa. Hacer de mecánico, aún cuando pasen los años
y las manos curtidas se transformen en finas piezas de porcelana, es apasionante pero ingrato. Poner en marcha el
ocho cilindros después de haber acoplado con precisión todas sus piezas
disueltas y notar que acelera y levanta presión es placentero. Montar un
mecanismo simple y probarlo hasta que hace crack por causa de un repuesto
vendido con mala intención, genera un malhumor que puede durar hasta el otro
día.
¿Cómo puede
encender con tanta facilidad es motor maltrecho de una camioneta que visto desde
arriba es puro polvo y barro? ¿Qué hace que un viejo Chevrolet del año 1929
siga caminando sobre sus mismos ejes? ¿Por qué razón los amigos coinciden en que
el sólo hecho de asomarse al interior de un Pontiac de los ´40 embriaga y
transporta al pasado? Duelen los dedos hasta las lágrimas cuando se zafa el
martillo un día helado allá abajo, en la fosa. Queman los fierros en los días
de enero. El viento de la ruta da en la
cara mientras se conduce un deportivo construido por nuestras propias manos, y
eso no tiene precio. Salgo de la oficina donde lo único que husmeo son los
papeles y el café recalentado, camino varias cuadras y en el camino, un escape
tose desde el interior de un tinglado. Aspiro como si estuviera en un vivero
lleno de flores y me acuerdo del día ese, y del otro aquel, en otra época,
décadas atrás.
martes, 13 de enero de 2015
IMPRESIONES SOBRE MI PRIMER AUTO
En
noviembre de 1985 tuve mi primer auto. Era un Renault 4L del año ´67 azul
grafito, de los que todavía venían con un tablero de instrumentos cuadrado,
minúsculo y negro. Pobre renoleta; la habían gastado de tanto usarla y los
agujeros en la carrocería y piso apenas podían disimularse. ¡Cómo bramaba! El
pequeño motor Ventoux de 845 centímetros sonaba lleno y el caño de escape al
que le coloqué un aislante térmico para no quemar nada, carecía de silenciador.
Mil veces desarmé por completo a mi primer coche, aquel que me costó unos 500
australes, y mil veces lo volví a armar. Ciertos sábados de primavera y verano me
levantaba bien temprano y entre un café y otro izaba el motor con una grúa portátil.
La competencia contra mí mismo comenzaba a las ocho de la mañana y terminaba
cuanto antes. El motor iba a parar a una mesa donde era desarmado por completo
antes del mediodía. Después, torquímetro en mano y con las sondas para calibrar
las válvulas lo armaba y ponía en marcha.
La
noche del sábado estaba hecha para salir y buscar a los amigos, y existía una
ventana de tiempo muy breve entre la puesta en marcha, sacarse la grasa de las
manos, bañarse, cambiarse y salir por las calles hasta la madrugada. En una
ocasión se me ocurrió sacarle los asientos y me encontré con un espacio enorme
y pelado en el que podía quedarme a dormir extendiendo un colchón. Los grillos
hacían vibrar la noche calurosa en mi garaje al aire libre. Un auto, grande o
pequeño, podría ser un lugar para pasar los días. Miré una vez más el espacio
entre techo y piso, y allá a lo lejos el volante. No pude ni imaginarme el
caserón que pudo haber sido del Valiant II de mi papá.
Pero
la historia del Valiant queda para otro capítulo de mi amor por los autos.
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