martes, 19 de febrero de 2013

En busca de la batería más pequeña y durable.


La semana pasada, Cadillac anunció que su coupé eléctrico, ELR 2014, estará en el Salón del Automóvil de Ginebra. Este modelo incorpora la novedosa tecnología de extensión de la carga eléctrica, Extended Range Electric Vehicle (EREV), que permite un radio de 480 kilómetros sin recarga o repostaje. La batería de Li-ion con forma T y 16,5 kWh puede recargarse completamente en 4,5 horas usando una estación de 240v.
En un estudio reciente de Sandvik Coromant sobre Nuevas Tendencias, se afirma que para el próximo año casi todos los fabricantes de automóviles ofrecerán coches híbridos. Ferdinand Dudenhöffer, profesor y director del Centro de Investigación para la Automoción de la Universidad de Duisburg-Essen en Alemania, habla de un cambio tecnológico: “En 2025, los coches nuevos que consuman solo combustibles fósiles no superarán el 35 por ciento del total global”.
 
 
 
Proyecto carrocería y batería en uno/Volvo

Se estima que, dentro de 10 años, se venderán unos 24 millones de coches híbridos o eléctricos anuales. Dudenhöffer asegura que todos los fabricantes de automóviles se enfrentarán al mismo problema: el peso. Cuando se instala una batería, el peso de un coche eléctrico sube unos 250 kilogramos, o unos 200 kilos si se trata de un híbrido enchufable.

Volvo ya está haciendo pruebas, que son parte de un proyecto internacional de desarrollo de nuevos materiales en el departamento de Aeronáutica del Imperial College de Londres, para hacer de la carrocería una batería electroquímica recargable. Una batería que almacena energía de freno mientras se conduce y también que la acumula mientras está enchufado recargándose por la noche.

La clave, según los expertos, es utilizar los composites basados en la fibra de carbono pero no son baratos. Según los cálculos de Volvo, el coste de un capó hecho con el nuevo material podría ser equivalente al de un capó original más una batería.

Audi también trabaja en el centro de “peso ligero” de la empresa en Neckarsulm, Alemania, con las técnicas de fibra de carbono ya utilizadas por su filial Lamborghini y con las tecnologías en composites desarrolladas por Volkswagen para su Bugatti.